Diario de Una Pepina

                                                Historias de una señora que estuvo casada con un reverendo nabo.

viernes, octubre 28, 2005

FILO DE SARTEN
Solo sirve para romper los huevos


Yo no pague la boleta de Aguas Argentinas simplemente porque me dio paja. No se me antojó. No me lo cantaron las pelotas.
Nada que la empresa no se lo haya ganado anticipadamente, conmigo y con muchísimos otros más.
Conmigo porque no puedo usar agua de la canilla ni para hervir por que las visitas se van cagando (literalmente digo). Porque los viernes a la noche si hiervo papas ceno puré de lavandina.
Y la pago como si de la canilla saliera Perriere, o Glaciar.

El tema fue que cuando la paja se fue diluyendo y el segundo vencimiento había caducado, agaché la cabeza y fui a pagarla. A la oficina central. Of course. Lejos de casa. Of course. Pagué un remis. Of course. Me sentí pelotuda. Of course.
La oficina está ubicada en medio de un parque esplendoroso: parece un paraíso, el de nosotros, los boludos.

Acá comienza la PEPINA TRUE AGUAS STORY.


Entré. No había público. No había es no había. Mis ojos contabilizaron en una fracción de segundo: un guardia de seguridad, dos empleados de reclamos y dos cajeros. Todos empollando huevos en sus respectivos asientos.
Reacción normal, instintiva ante esta circunstancia: me mandé en crudo a la caja (el tiempo del remis cuesta viste?).
Reacción del guardia de seguridad:
-Señora deténgase. Adónde va-. (Pregunta lógica porque nadie garpar. Los perdono porque no están acostumbrados).
-A pagar- (respuesta de un dobolu que va a gatillar).
-Tiene que sacar número- el guardia mirándome en serio (no era joda).
-…………- lapsus, repuesta mía.
Me señala con un dedo una columna con dos botones. Toca botón arriba, escupe papel con número de gestión para el que paga. Toca botón abajo, sale papel con número de gestión para el que quiere ir a reclamar algo (como si le fueran a dar bola).
Toco botón de arriba.
Sale papel con número 144 .Me dirijo a línea de cajas y me paro a que me llamen cualquiera de los dos cajeros desocupados.
Me miran.
Los miro.
No hacen nada. (Sinónimos: no laburan, se rascan el higo, anorexia mental, les da paja atenderme)
Ya pasó un minuto.
Los miro.
Uno se está rascando la jaipi (lo veo). El otro me mira las tetas.
Los miro.
Ya pasó otro minuto.
No digo nada.
Me siguen mirando. (el de la jaipi se huele el dedo, puajjj. El otro está en langa)
Los miro.
Ya pasó otro minuto.
Me doy vuelta, el guardia me mira.
Hasta acá todo normal. Ya me acostumbré que hasta para pagar tengo que hacer cola cuando en realidad me tendrían que tirar la alfombra roja porque YO VOY A PAGAR NO A PEDIR FIADO.
Todo bien.

Pero el desenlace, el desenlace…

Cuando uno cree que ya tiene todo resuelto hay alguno que se descuelga con algo…
Al cuarto minuto me llamaron (obvio que no te vas a ir sin esperar. Tenía asumido el tiempo de espera y el extra del remis también). Pero…

¿Saben cómo me llamaron?
Tocaron botón. Sí. Piiiii,Piiiiii (onomatopeya del coso que suena para que vos veas el número que te tocó en un cartel).
Sí, me llamaron por cartel.
Me adelanté, y luego de decirle que iba a pagar (a esta altura hasta lo obvio hay que aclararlo), garpé.
Di la media vuelta y me fui.

Todavía no me acostumbro a vivir en Argentina y eso que nací acá ya hace más de cuatro décadas.


La que sigue es una perlita genuina extractada de la misma entraña de la página de Aguas Argentinas (tienen el link por si desean verificar personalmente):


http://www.aguasargentinas.com.ar/RRHH/index.php




¡Bienvenidos a Recursos Humanos!En Aguas Argentinas nuestro mayor capital es nuestra gente. Nuestra política de RRHH está orientada a desarrollar personas capaces de aportar lo mejor de sí mismos y con criterio profesional…


Muchas Gracias por elegir a Aguas Argentinas. Dirección de Recursos Humanos.

Gulp!

jueves, octubre 27, 2005


Buuuaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!

Estoy sin compu, me parece que cagó la fuente.
Creo que hoy a la noche el doctor la trae.
Buuaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!

Estoy en un ciber y yo quiero mi compu,
Buaaaaaaa!!!!!!!!
Esto es un asco, y el tipo que tengo al lado mira lo que escribo
Qué mierda mirás vos y la puta carajo!!!!!

Tienen al fondo una parte con boxes.
Me parece que ahí los cartuchos se explotan en la mano.
Todos los que piden para ahí tienen cara de jeropas.

A parte hay olor a pata, culo y sobaco. Que reverendo asco.

¡Que lugar de mierda !!!!!!!!!!!

BesoZZZZZZZZZZ y pepinazos a todos.

Snif, snif, snif

viernes, octubre 21, 2005

Ups!!!!


¿Cómo olvidar el primer día de preescolar de Pepinita?
Ahí estaba ella con su delantal a cuadrillé, con mamá y papá esperando frente a la salita.
Luego de la despedida los chiquitos comenzaron a entrar. Algunos reían. Pepinita estaba seria. Por un segundo perfilé que lo social quizás no iba a ser su fuerte por unos días.

Y entonces se aleja de nosotros, va directamente hacia otra nena tan seriecita como ella, la toma de la manita y entran al aula juntitas.
Levanto la vista para mirar a sus padres. Yo no los conocía. Nunca los había visto. El papá de la nena tampoco me conocía.

De todas las nenas que había en ese momento Pepinita …Ups!!!

Ya pasaron trece años y siguen siendo amigas. Las mejores. Tienen los mismos gustos y las mismas angustias. Comparten todo y se refugian una en la otra en los momentos de tristeza. Se quieren, se preocupan una por la otra, se consultan, se cuentan todo.
En fin, son amigas.

sábado, octubre 15, 2005



ESA MANO.



Uno se cree
que los mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.
Son aquellas pequeñas cosas
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.

Como un ladrón
te acechan detrás
de la puerta.
Te tiene tan
a su merced
como hojas muertas
que el viento arrastra allá o aquí...
Que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.

…esa mano en el hombro,
fue alguna vez,
un tiempo de rosas…


jueves, octubre 13, 2005




Sorpresa !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Mi amor, ¿cómo estás?
Esta es una fiesta sorpresa que te preparé con los amigos del blog para festejar tu cumpleaños. Ya les conté que vas a cumplir dieciocho años.
Estuve charlando con ellos estas últimas noches y entre mate y mate les conté nuestra historia. No te enojes, ya sé que sos reservada.

Les conté del día que nos vimos las dos por primera vez. Fue amor a primera vista a pesar de que ninguna de las dos estaba ni presentable ni maquillada.
¿Te acordás de nuestra primera noche, cuando te acaricié y te dije que eras el bebé más bonito que jamás había visto?

Bueno, hoy que saliste de tu crisálida, y que sabés que sos hermosa te cuento: no eras un bebé soñado como esos de las publicidades. Yo tenía mis dudas. Tenía miedo que si te ponía al lado de un palito te treparas por él. Y que si te tiraba al aire saldrías volando, tipo murcielaguito viste? Y es que todo ese pelito en el cuerpo que comenzaba por las cejas y terminaba en la planta de los pies te transformaba en… mi osito de peluche?

Tampoco me disuadieron las visitas que exclamaban en tono incierto:
-¡Que linda neeeena!-
O la tía Chola que a la semana ya decía que tenía que llevarte a lo de Jury para hacerte la cara de nuevo.

Una de las primeras alegrías me la diste cuando, a los dos días de nacida, en un todo de acuerdo conmigo la cagaste a la mamá de papá, la “abu” hasta llenarle de mierda los zapatos por metida, porque vos sabías que la que mejor te cambiaba los pañales, así no lo supiera, era tu mami y no esa vieja bruja.
Y cuando te empezaron a salir los primeros dientes? ¿Te acordás que los cagaste a mordiscones a todos? ¿Y cuando empezaste a hablar? Lo primero que dijiste fue “mamá”, lo segundo “abuelito” y después vinieron “puta”, “vieja de mierda”, “pis y caca”, infinita la lista de cosas que me hicieron desear que la tierra me tragara cada vez que abrías esa boquita de bebota.

Por supuesto que cuando comenzaste a tener algo de uso de razón y mamita se dio cuenta que tu carácter no era sumiso y que la batalla iba a ser dura comenzó a usar la Sicología, ¿te acordás mi amor?:

Sicología I: Sea dulce con la criatura. Amable, persuasiva pero firme.


Sicología II: Comience a pensar que la criatura es ortiva y endurezca posiciones. Todavía no pierda la amabilidad.

Sicología III: Donde mueren las palabras y mamá se caga en la Sicología. Generalmente este tomo viene con un anexo de acciones coercitivas y correctivas, tiene un potente tono disuasorio y es de alto poder residual.

Sicología IV: Con vos no alcancé a usarla, pero no desperdicié la plata porque papá se prestó a que yo hiciera la licenciatura, el master y los postgrados. ¿Viste que al final servía para algo? (Boluda: el viejo, no la Sicología IV).

Después vino todo lo demás. Son muchas las historias, las risas, las lágrimas, las alegrías que compartimos juntitas. Yo les conté a los amigos del blog algunas. Otras me las reservo para después o quizás para nunca, como cuando a papá se le dio por parecer más pendejo que tus amigos, las del abuelito, ése que vos también llamabas “papá” y era el papá de nosotras dos. O cuando nos divertíamos en la cocina inventando comidas nuevas y sabores exóticos con lo que nos quedaba en la alacena.

En el día de la madre, que está cerquita de tu cumple te digo delante de todos los amigos:



Gracias por haber podido jugar a las muñecas con vos.
Gracias por haberme enseñado a crecer al lado tuyo y aprender a ser mamá.
Gracias por darme un motivo todo y cada uno de los días de tu vida para ser fuerte y sobreponerme a esas cositas que a veces me dan…
Gracias por haber secado mis lágrimas mientras yo secaba las tuyas y las dos nos hacíamos las fuertes.
Gracias por haberme dado el máximo orgullo mi vida.

Te he amado, te amo y te amaré hasta el último hálito. Amo tus silencios y tus risas. Te amo cuando me amas y cuando estás insoportable (no abuses, la boludez tampoco).
Mi dulce bebé, amor de mi vida, carne de mi carne y sangre de mi sangre, ya no quiero aburrir más a esta gente con mi amor de mamá, por lo cual, así después me cagués a pedos porque sos vergonzosa, todos decidimos en complicidad decirte feliz cumpleaños y….


A la una….a las dos…y a las tres….

Que los cumplas feliz,
Que los cumplas feliz,
Que los cumplas Pepinita,
Que los cumplas feliz...


Y ahora pedí tus deseos amor, Dios y el cielo son testigos que a tus dieciocho añitos ya te los ganaste.






Bravooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

lunes, octubre 10, 2005


El otro Yo de Una Pepina




"Todo lo que tengo en este mundo son las bolas y la palabra, y nadie me hará romperlas. ¿Se entiende?"
-Tony Montana en Scarface-
¿Por qué me identifico tanto con esta frase?

sábado, octubre 08, 2005

Esta no es la vida que yo quise para mí.
Parte III

Nadie nos previno cómo seguía la cosa. Y así, entre embarazos, mudanzas, pañales, colegios, deudas, problemas cotidianos, diversidad de mascotas y otros menesteres se pasaron los años hasta que llegó el día que por la causa que fuere, viudas, casadas, separadas o solteras, amas de casa o profesionales, pirujas o conchetas, con o sin auto, con o sin amante o novio, mujeres al fin, nos hicimos la terrible pregunta:
-¿Qué mierda hago yo acá?- para darnos cuenta en un instante de suicidio mental que sin importar la respuesta la verdad era:
-Esta no es la vida que yo quise para mí-.

Pasado el instante en el cual nos damos cuenta que no estamos paradas donde queremos, comienza la segunda aproximación al tema con la pregunta:
-¿Cómo hago para rajarme de acá?-. La respuesta a esta pregunta no es rápida. Ya nos dimos cuenta que estamos metidas hasta el cuadril en un mambo infernal. Imposible dar marcha atrás. El tiempo no vuelve. Pasó Katrina y nosotras somos New Orleans: hacemos agua por los cuatro costados, nadie se hace cargo, el cuore hecho pelota, las ilusiones perdidas. Tenemos un vacío tan grande que lo llena todo. Y las bolas nos quedaron tan, pero tan chicas que se nos llenan de nada.
El tiempo, a parte de insalvable, no es el único problema. Miramos a los costados para ver si hay una salida lateral. Imposible. Todas las que había fueron diligentemente bloqueadas por maridos, ex-maridos, hijos, parejas, ex-parejas, obligaciones, comodidades, conveniencias, autos, tarjetas, malarias, tribunales de familia, bienes gananciales, divorcios controvertidos…la lista es infinita. Pero una sola cosa es cierta, y es que ya no queremos más sopa. Nos queremos rajar y ni siquiera tenemos en claro a dónde. La confusión está clarísima dirían Les Luthiers.

Y es así como comienza la estampida. Cada una hace lo que puede, como puede o como mejor la dejen, pero algo es invariable, y es que TODAS en algún momento a partir de los 40 se van a rajar por alguna tangente.




Suerte para todas, no pierdan el equipaje, no tropiecen con la misma piedra dos veces y tengan presenta que el boleto es solamente de ida y sin devolución.

Good luck darlings, mummy had already flew away.

PD: sweety... don't wait me for dinner.

viernes, octubre 07, 2005



Esta no es la vida que yo quise para mí.

Parte II


Vimos demasiadas películas románticas cuando adolescentes y muy poco de la realidad que nos circundaba. Nuestros padres fueron los primeros en ocultar. A decir verdad, la gente siempre fue la misma y siempre hizo las mismas chanchadas, salvo que por aquel entonces había cosas de las cuales no se hablaba. Algunos dogmas familiares eran:
- No hay trolos ni trolas.
-Las putas son una NECESIDAD de los HOMBRES.
-Mamá y papá son perfectos.
-Nacimos por generación espontánea.
Claro que circulaban rumores sobre el sexo. Pero eso era para las locas. Mamá no garchaba. Creo que las dos veces que lo había hecho fue para tenernos, con resignación y asco, como correspondía a toda mujer bien nacida, cuando en realidad había bramado desaforada en cuatro patas mientras el viejo sudaba con alegría por detrás. Pero, a la hora de la educación sexual -cuando las papas queman-, la versión light de la porno familiar, fue que mamá concibió adecuadamente un par de bebés. Las mujeres honradas no tenían orgasmos por aquel entonces.
Pero había cosas que no entendíamos, tipo doble discurso. Si la vecinita de al lado rascaba en el zaguán de su casa a la noche o en el coche el noviecito le hacía la endoscopía con la lengua, era PUTA. Esto sin publicidad. Pero Brigitte Bardotte que ya iba por algunos matrimonios, incontables tapas de revistas y más amantes de los que ella misma quería admitir no era PUTA, sino una “mujer liberada” según mamá y papá.
Bardotte que hizo historia y mucha acuñó por aquel entonces una frase que todavía hoy resuena en mis oídos:
-Cuando más conozco a los hombres más quiero a mi perro-
-¿Entonces para qué mierda sale con hombres?- concluía yo como una pichi, por lo que mi moraleja era: la diferencia entre mi vecinita puta y Bardotte liberada era la guita. No se me había ocurrido que también intervenía la fama porque por aquellos años la cosa mediática todavía no estaba presente.
-Entonces, para no ser puta hay que tener guita-, pensaba yo.
A decir verdad, eso jamás cambió: la guita siempre te hace la diferencia.
Después había otra cosa que no encajaba en la estricta moral familiar: a mi hermano papá le decía, supuestamente cuando yo no estaba:
-Pibe, andá y culeate todo- con esa expresión je je je cómplice babeando por la comisura. Ya le había notado esa mirada al viejo, pero no sé si era cuando la vieja se agachaba en la cocina para levantar la cebolla que se le había caído o era que el tuco venía bueno. Lo curioso de esto es que también babeada cuando aparecía Susana Giménez en la tele haciendo Shock!!
Pero si mi hermano salía con la piba de la otra cuadra y se la culeaba la transformaba en PUTA.
-¿Cómo era que papá le permitía y animaba a hacerlo?- Cada vez que mi hermano se culeaba algo, ese algo era la hija de otro padre. Yo era la hija de otro padre, pero mi papá no permitía que nadie me culeara. Pero…
-¿Qué es culear?- Nadie me lo quería decir. No obstante, a pesar de los esfuerzos familiares en contra algo me imaginaba. La gran cagada de todo esto es que con tanto secreto nos habían fomentado la imaginación y ésta, a no ser que seas un creativo y te mandes un brainstorming redituable, no te conduce por buenos senderos. Es el camino de la perdición.
Ése ya era un mal comienzo al que nosotras le agregamos nuestra cuota parte.
No era Sexo, Drogas & Rock and Roll versión hard, era Quiero, Me Pica la Cachucha, Tengo Miedo en versión Z. Como las películas: cine barato, cine berreta, cine Z.
¿Cómo no íbamos a hacer cagadas si había un bache de ignorancia espantoso? Bueno, ignorancia no tanto, en todo caso desinformación. Entre amigas hablábamos despacito de la cosa mientras intercambiábamos figuritas o los apuntes de matemáticas de la vieja Josefa.
Estaba Rosita a la que le explotaban flor de cartuchos en la mano y se quedaba mirando esa sustancia extraña en su palma. A decir verdad, y mirando retrospectivamente, el flaco era La Serenísima. Estoy segura que Rosita no solo miraba. También “degustaba”. Creo que es una de las precursoras del museo “Prohibido no tocar”.
Mientras que Clara que ya se había lastrado algo nos daba alguna información y para borrarle la sonrisa de la cara había sopapearla. Hoy sospecho que la cosa no era tan así y que no había pasado más de una apoyada y gracias.
Mirta, cómo olvidarme de Mirta. Calladita la turra. La jodíamos porque Tito tenía la lengua larga tipo Mick Jagger. Se la bancaba y no retrucaba. Una sola vez lo hizo y nos palmó a todas:
-Sí, larga, y qué bien que la sabe usar-. Silencio sepulcral. Hasta los ratones se quedaron con los ojos tipo el dos de oros. Mirta la calladita. No tocaba, no apoyaba pero qué bien que la pasaba. Ésta de boluda no tenía nada.
Mientras todo esto sucedía y los años pasaban, consumíamos frenéticamente romanticismo: películas románticas, novelas románticas, telenovelas románticas, canciones románticas. Todo tan pulcro y conveniente. Dulces y abnegadas heroínas, con sus blancos plumajes intactos, jamás una pluma revuelta por algún escarceo sexual. Jamás un beso de lengua con un hilo de baba. Las camas se usaban en la escenografía solamente para cuando ella languidecía dulcemente postrada por un accidente, alguna enfermedad paqueta o a punto de morir. Virgen. Entregada pero no entregando. Obvio que se la iban a comer los gusanos antes que los humanos.
Ni que hablar de los protagonistas masculinos: eran tan, pero tan caballeros. Escribían poesías para sus amadas, se dejaban matar por ellas y jamás manosear por las pérfidas y oscuras enemigas de las heroínas siempre sedientas de sexo. Corolario: las heroínas no garchan y las malas sí.
Y toda la información que nos llegaba por esos medios siempre terminaba en el altar: lugar en el cual todos terminaban felices comiendo perdices. Por siempre amén. Felicidad garantida. Y si te la comprabas te bonificaban con un pibe más, un viaje a Europa y tu marido director regional de una multinacional.
Nunca nada de cómo seguía la cosa. Seguramente bien porque mamá y papá eran el ejemplo viviente o al menos eso era lo que dejaban entrever. Pero que mierda importaba si estábamos ávidas de lograr el paraíso.
Y es así que nos casamos. Vestido, fotos, arroz y fiesta y con un montón de ilusiones, regalos, ignorancia sobre la cosa, nos fuimos de luna de miel y cuando volvimos nos estaba esperando el negro de La Matrix para decirnos: “Bienvenidas al mundo real”.
La magia vivió en nuestro hogar dulce hogar un tiempo, año más, año menos, no le hace a la cosa. Lo cierto es que una buena mañana levantó sus petates y se fue a joderle la vida a otro…Mientras que nosotras nos despertamos y vimos que nuestro príncipe azul era un ser vil y flatulento y nosotras unas perfectas harpías. Porque cuando de defectos se trata hay que ser justos y entonces…


Esta historia continuará…

miércoles, octubre 05, 2005



Esta no es la vida que yo quise para mí.
Parte I



-Esta no es la vida que yo quise para mí-.
Hay quien lo dice y quien lo calla. Hay quien todavía no lo sabe y también quien no sabe lo que le está pasando pero tiene esa ligera sensación de que la vida la está acorralando en algún oscuro e inhóspito lugar del cual quisiera salir disparada.
Es el momento en que la vida entra en una meseta por la cual transitamos sin poder salirnos. Es cuando comenzamos a darnos cuenta en qué consiste en realidad LA VIDA. (Léase LA MÍA).
Al darnos cuenta inmediatamente decimos:
-Esta no es la vida que yo quise para mí-.
Sabemos que una de las fuentes del discurrir filosófico es la experiencia del límite. Cuando una se da cuenta que lo que está viviendo es el límite, el límite de lo que no quiere vivir, comienza la larga travesía que vaya saber Dios a dónde llevará…

La primera aproximación que hacemos a un intento de solucionar la cosa es revisión: comenzamos a escarbar en el pasado y buscamos en el cuaderno de los recuerdos todos nuestros proyectos de futuro para comprender horrorizadas que ni ahí se parecen a lo que obtuvimos en el presente. Ni qué hablar del futuro:
- En esto no quiero pensar ahora-. Claro, la proyección es tan obvia que se resume a: si lo de hoy es malo, lo de mañana va a ser peor.
El resultado de la primera aproximación es la “depre”.

Hemos comprobado espantadas que pasaron 10, 15 o 20 años de nuestra vida –que ya no volverán- y estamos en un punto donde, en un entorno de 40 años, algunos más, algunos menos, muchas arrugas más, partes caídas que ya no levantarán: entre ellas la autoestima -por no hablar de las lolas y el culo-, no concretamos nada de lo que habíamos soñado cuando éramos pendejas.
Y es que cuando éramos pendejas vivimos en una nube de pedo rosada. Crecimos en ella, nos enamoramos en ella, nos casamos en ella, alcanzamos a tener un hijo en ella y nos voltearon, en algún momento de un hondazo de ella.

Entonces comprendimos, una vez que nos astrolamos contra el piso de la cruel realidad, que no estábamos ni habíamos estado preparadas para la vida que estábamos viviendo en ese momento.
Para peor, nosotras mismas le pusimos el edulcorante y nos tragamos la pastillita. Nadie nos obligó. Pero tampoco nadie nos previno…

Esta historia continuará…

martes, octubre 04, 2005


Descripción somera de las etapas de mi pepinazgo.

Para transformarse en pepina es necesario encontrar un nabo. En todo caso que el nabo te encuentre y luego los dos estar de acuerdo en formalizar la verdura.
La condición más importante: que la pepina provenga de una nube de pedo rosada, tipo chica católica de buena familia (con muchas convicciones ¿viste?) y que el nabo sea un reverendo. Reverendo pelotudo. No hay que discriminar. Reverendo hijo de puta también sirve.
Luego deben venir el amor, las promesas eternas, la casa en medio del parque con el nabo haciendo el asadito del domingo mientras la pepina cuida el fruto de su amor: el pepinito. Se pueden agregar el cero kilómetro, el chalet de la costa y el perro. Labrador porque es fashion.
Luego entraríamos en una segunda etapa donde la pepina sigue enamorada, el nabo ya despabilado se transforma en ortiva y la verdura comienza a dar olor. A la pepina le llega el tufillo y empieza a abrir los ojos y a cerrar el culo. Metafórica y literalmente.
Mientras tanto, en Ciudad Gótica, el nabo ya hace de las suyas. Se trinca todo lo que encuentra, no le hace asco a nada, se transforma en un pendejo y encima se lo cree. Le cepilla las cuentas bancarias y comienza a vivir el sueño del pibe.
Tercer etapa: la pepina se cae de la nube de pedo. Se entera que ella también es una reverenda. Reverenda cornuda. Y luego en una transición más rápida que polvo de pajarito, la pepina devenida en ortiva (único punto en común en esta verdulería y no por desición propia), inicia las acciones correctivas harto conocidas por todos los que han transitado por estas verdulerías.

Fin de mi pepinazgo. Bienvenida al mundo real, lugar en el cual se desarrollarán las próximas historias con esos detalles escabrosos que a todo el mundo le encantan porque no hay nada más interesante que la vida, los trapos sucios y las agachadas... del otro, obvio.