Diario de Una Pepina

                                                Historias de una señora que estuvo casada con un reverendo nabo.

martes, octubre 04, 2005


Descripción somera de las etapas de mi pepinazgo.

Para transformarse en pepina es necesario encontrar un nabo. En todo caso que el nabo te encuentre y luego los dos estar de acuerdo en formalizar la verdura.
La condición más importante: que la pepina provenga de una nube de pedo rosada, tipo chica católica de buena familia (con muchas convicciones ¿viste?) y que el nabo sea un reverendo. Reverendo pelotudo. No hay que discriminar. Reverendo hijo de puta también sirve.
Luego deben venir el amor, las promesas eternas, la casa en medio del parque con el nabo haciendo el asadito del domingo mientras la pepina cuida el fruto de su amor: el pepinito. Se pueden agregar el cero kilómetro, el chalet de la costa y el perro. Labrador porque es fashion.
Luego entraríamos en una segunda etapa donde la pepina sigue enamorada, el nabo ya despabilado se transforma en ortiva y la verdura comienza a dar olor. A la pepina le llega el tufillo y empieza a abrir los ojos y a cerrar el culo. Metafórica y literalmente.
Mientras tanto, en Ciudad Gótica, el nabo ya hace de las suyas. Se trinca todo lo que encuentra, no le hace asco a nada, se transforma en un pendejo y encima se lo cree. Le cepilla las cuentas bancarias y comienza a vivir el sueño del pibe.
Tercer etapa: la pepina se cae de la nube de pedo. Se entera que ella también es una reverenda. Reverenda cornuda. Y luego en una transición más rápida que polvo de pajarito, la pepina devenida en ortiva (único punto en común en esta verdulería y no por desición propia), inicia las acciones correctivas harto conocidas por todos los que han transitado por estas verdulerías.

Fin de mi pepinazgo. Bienvenida al mundo real, lugar en el cual se desarrollarán las próximas historias con esos detalles escabrosos que a todo el mundo le encantan porque no hay nada más interesante que la vida, los trapos sucios y las agachadas... del otro, obvio.

3 Comments:

  • At 10:08 p. m., Blogger MALiZiA said…

    Muero por ver cómo sigue tu diario, real tan real, todo lo que escribiste es el fiel reflejo de muchas amigas, no diré jamás su nombres.
    Es cierto, todos un poco somos voyeuristas de la vida de los demás en los blogs.

     
  • At 3:58 p. m., Blogger La Profuga said…

    te digo pepina, lo tuyo es dramatico al leerlo pero no pude parar de reirme por lo comico del relato, pues veo que no te fue bien en la verduleria , seguramente tubiste un nabo, una mama naba(bien llamada suegra)y todos los agregados...aveces la vida no es tal cual como quisieramos soñarla ni tan fantasiosa como quisieramos creerla....

    besos me encanta tu blog!!!!!

     
  • At 12:40 a. m., Blogger Una Pepina said…

    Pipita
    lo dijo Maitena, si te reíste es porque algo de eso en algún momento anterior ya lo lloraste.
    Sabés que es lo bueno, es que podamos hacerlo, reírnos, y si alguien se ríe con nosotros, mejor todavía.
    PD: nosotros vestimos la vida con los ropajes que más nos gustan y ella se encarga de ponerse en bolas y de gar...pero ésa es otra historia.

     

Publicar un comentario

<< Home