Diario de Una Pepina

                                                Historias de una señora que estuvo casada con un reverendo nabo.

jueves, abril 27, 2006



Posteo.
No, no posteo,
Posteo???
No…
No se…
Bahhh…
Ya está!!
Terminé de deshojar la margarita:



Ahí va.




SAN PIJA
El Santo del imaginario colectivo del macho argentino.



Si estás deprimida, ya está: no cogés.
Si estás caracúlica, obvio, no cogés.
Tenés granitos? Claro, no cogés.
Estás gorda: no te enteraste de todos los beneficios porque no cogés.
Sos una buena profesional: te sobra tiempo porque no cogés.
Sos una buena ama de casa: estás mal atendida.
Estás flaca: nadie te la ensancha.
Hablás mucho: porque hacés poco.

Cogés: sos puta.

San Pija, pongámonos de acuerdo.


Update

A pedido del público amigo:
el velon de San Pija.
Cortesía de Pepinita!

lunes, abril 24, 2006



…me senté en el sillón con mi vaso de Coca y me dispuse a ver una película más. Tal como lo fue Chatrán, La historia del Oso, Babe el Chanchito Valiente y otras que ya no recuerdo.

Quizás fue la voz de Morgan Freeman.
Quizás la lente de un cineasta.
Quizá la majestuosidad del paisaje polar…

…quizás lo que me conmovió fue la fragilidad de la vida debatiéndose ante la adversidad…

…quizás lo que me conmovió fue que tanto HIELO pudiese albergar tanto AMOR.


Así comienza la película,
as told by Morgan Freeman:

"Hay pocos lugares a los que es más difícil llegar en este mundo.
Pero no hay ninguno en el que sea más difícil vivir.

La temperatura promedio aquí en los confines de la Tierra es de unos templados 50 grados bajo cero.
Eso cuando hay sol.

No siempre fue así.
La Antártica antes era un lugar tropical con bosques densos y rebosantes de vida.
Pero el continente empezó a moverse hacia el sur.
Y para cuando terminó de moverse los densos bosques habían sido reemplazados por una nueva cubierta:
Hielo.

En cuanto a los antiguos habitantes, todos habían muerto o se habían ido hacía mucho.
Bueno, casi todos.

Según la leyenda, una tribu se quedó atrás.
Tal vez pensaron que el cambio del clima era temporal.
O tal vez eran simplemente obstinados.
Pero tuvieran las razones que tuvieran, estas almas inquebrantables se rehusaron a irse.

Durante millones de años han hecho su hogar en el más oscuro, seco, expuesto al viento y más frío continente de la Tierra.
Y lo han hecho básicamente solos.

Entonces de cierta forma ésta una historia de supervivencia.
Una historia de la vida sobre la muerte.
Pero en realidad, es más que eso.

This is a story about love".

MARCH OF THE PENGUINS

jueves, abril 20, 2006



¡Dormí sin frazada!


Madrugada del Sábado, 1:30 a.m.

De izquierda a derecha:
Pepinita (copiloto), Luli (tripulación) y Tam (la piloto del bólido).

Especificaciones para tranquilizar a una madre (yo):

La Piloto: no sabe cuántos metros tiene una cuadra, no conoce las calles ni hablar de las alturas, no distingue la derecha de la izquierda, usa lentes de contacto y anteojos. Obstáculo importante a vencer: no vé los semáforos.

Pepinita: es la guía Filcar de Capital y Provincia. Es daltónica. Sabe cuál es la izquierda porque es con la que escribe. Del semáforo distingue las posiciones y mira la que brilla.

Luli: ... Luli... es Luli. Es buena nena y mientras la pilota se concentra en conducir es bitemática. O accidentes de tránsito o cómo cobrar el seguro en caso de siniestro.

Yo, Una Pepina, me quedé tranquila.


...Cuando volvió.

lunes, abril 17, 2006



-Puse un update de último momento al pie del post-

Las Herejías del Doctor


Business are business, Usted Doctor lo sabe mejor que nadie.
Es un hombre exitoso. Ok.
Lo veo desde desde la barra del msn hasta en la sopa. Bien.

Pero de ahí a que Usted tenga huevos Light…



Update:

En Canal 13 dan un programa llamado “Cuestión de Peso” que vendría a ser como Operación Triunfo de gente con sobrepeso que debe adelgazar.
Un horror para la psicología, hay gente que es descalificada por tener 100 gramos de peso por encima de lo exigido para esa etapa.

Por supuesto que la clínica encargada del control es la del Doctor Cormillot, que ahora generosamente le ha obsequiado a uno de los concursantes la posibilidad de un by pass gástrico, cosa que no objeto porque para esta persona constituye una posibilidad que de otra forma no podría acceder a ella por el elevado costo de la intervención.

Cormillot: vos no podes exhibir en un programa gente que está luchando contra una enfermedad que hoy en día también se la califica como adicción. Ni erigirte como benefactor mientras los ridiculizan en un video donde en plena Semana Santa los ponen en mallas rojas a nadar en Mar del Plata.

Hay cosas con las que no se lucra. Lo que era un post en joda se transformó para mí en el descubrimiento que el afán de lucro no tiene ni límites ni ética. O estómago. Tengo ganas de vomitar y no soy bulímica.

viernes, abril 14, 2006



Díganme la Verdad:

¿yo tengo cara de chorra?



En Febrero antes de irnos a Mar de Ajó fui con Pepinita a comprarme una malla.
Sin tiempo ni pretensiones (último día a las 8 de la noche), fui directamente a la casa que más variedad, por ser febrero (fin de temporada), debía tener.
“María” es muy popular en Morón, tiene cosas francamente lindas y una dueña francamente mal encarada: Morticia, cosa que se le perdona por el buen gusto de sus prendas.

El proceso de adquirir un traje de baño es de lo más estresante…
Transcurrido todo el asunto y yo en el probador con una elección hecha, entreabro un poco la cortina para avisarle a la vendedora cuando escucho a Morticia decirle a menos de un metro de distancia lo siguiente:

- (Morticia) Moni, fijate por el probador, que la piba le esta pasando prendas.
- (Moni, la vendedora) Está bien Señora.

La “piba” obviamente era Pepinita. La vendedora no daba abasto con las clientas y yo estaba de florero en el probador.
La vendedora en su contestación había obviado decirle a Morticia que si bien Pepinita revolvía en el perchero buscando otra prenda, al momento de tomarla le solicitaba a ella que me la alcanzara: uno siempre tiene cuidado en estas situaciones para evitar malos entendidos.

Me sentí violentada, sospechada de chorra. Volví a correr la cortina y pensé:

- Qué estoy haciendo yo acá adentro ?!



Si hubiera sido otro momento, salía del probador y me mandaba a mudar. Pero ya no tenía tiempo y la malla era la menos pior. Por lo que en un instante aparté el impulso y me dije a mi misma: llevate la malla y enseñale modales a Morticia.

Me vestí. Pagué la prenda. Tomé la bolsa y en vez de dirigirme a la puerta retrocedí hacia el trono de Morticia.
La vendedora, extrañada, me pregunta si deseo algo más.

-(Pepina, con cara de habemus kilombo) Sí, quiero hablar con la Señora-.

Pepinita se escondió debajo del mostrador (porque me conoce), la vendedora se puso blanca y Morticia cazó el teléfono y poniendo cara de vaca cagando en viaje comenzó una charla amena con una empleada de otro local.
Me le paré enfrente, crucé los brazos y esperé y esperé y esperé... mirándola siempre a los ojos.
Una situación de mierda para Morticia obviamente. Yo tranqui, sebada y saboreando ya el olor a adrenalina y sudor de la vieja. Pasadas varias eternidades hechas minutos a Morticia no le quedo otra que darme bola:

-(Morticia, con cara de persona vip)…mmm… necêsita algooo ^_^?
-(Pepina, con cara de Santa Teresa de Calputa) Sep, hablar con Usted...
-(Morticia, tembleque imperceptible en la voz síntoma de falta de discurso)… eee…estoy ocupada hablando con una empleada…
-(Pepina, estúpida, me diste pié) Yo soy su clienta y en este momento soy su prioridad.

Morticia tuvo que soltar el tubo y comerse el garrón.

- (Pepina, agrandada como tereso en el agua) La próxima vez que le marque algo a su empleada hágalo en forma sobria de forma que nadie se sienta un ladrón dentro de ese probador.
- (Morticia, virando del blanco al rojo)…siii... pero en todo Morón roban…
- (Pepina apepinando) No es excusa. Yo a su negocio vengo a dejar mi dinero, no a robar. La próxima vez que YO venga a comprar a este local Usted me va a tratar con respeto y no me va a hacer pasar un momento de violencia dentro del probador.

Saqué a Pepinita de abajo del mostrador, me dirigí hacia la salida y dí la estocada final. Tiro de gracia en la nuca que le dicen.

-(Pepina a Pepinita con voz dadivosa) Mi amor, te gusta esa bikini de Caro Cuore? si te gusta comprátela: mamita te la regala.

-(Pepinita, la guachita está enseñada) Nooo….nooo…gracias mamita, me gustó más la de Pump (la competencia de Morticia).

-(Morticia de color azul verdoso) Aghhhhh!!!!!!!!

domingo, abril 09, 2006



Anécdotas Bizarras IV

de una señora que estuvo casada con un reverendo Nabo


El Difícil Arte De Amar.





I – El entorno.
El Nabo venía de esquivar oficiales de justicia durante dos años pero mi abogada había logrado notificarlo con una carta documento. Estaba abrochado y furioso. A las dos primeras audiencias no se había presentado, pero si no se presentaba a la tercera, cagaba.

Nadie, salvo Pepinita, sabía que yo había hecho humo las pilchas, tampoco mi abogada.
El Nabo se presentó bien aleccionado. Me estaban corriendo para echarme la falta. Era un tiro en la oscuridad...

II – La anécdota.
Cuando vuelvo de la audiencia tenía menos de 24 horas para devolverle la ropa que ya no tenía.
Mientras volvía a casa uno de los ratones que corrían el rally Paris Dakar en mi cabeza dijo:
-Eureka!- y se hizo la luz.

Mandé a Pepinita a comprar bolsas de consorcio negras y cinta de embalar.
Hablé con dos vecinos y les pedí que me salieran de testigos cuando el Nabo llegara: uno dentro de casa y el otro en la vereda. La condición era que debían declarar llegado el momento lo que vieran: solamente la verdad y nada mas que la verdad.

Yo contaba con que:
- para la Justicia vale lo que está escrito.
- el Nabo, alérgico a “pagar” no iba a traer un escribano que diera fe del contenido de las bolsas.
- si yo tenía testigos que dijeran que el había retirado bolsas de mi casa, no había registro escrito de lo contrario.
- el testigo dentro de casa era para evitar violencia. Y si la hubiese, bienvenida era porque mi abogada tendría elementos para defenestrarlo por injurias.

Sí, le llené las bolsas de basura. No se equivocaron: trapos, almohadones, las frazadas de las perras. Llené 8 bolsas de consorcio. Seguí con cartones, cajas y cuando no tuve más salí a la calle antes que pasara el basurero…

Al día siguiente cuando abrí la puerta las bolsas ya estaban listas para entregar. El Nabo le ordenó a su empleado que las cargara y se fue sin decir nada. Hacía dos años que no veía a su hija y tampoco pidió verla.

Cuentan los allegados que abrió las bolsas en casa de su mamá, frente a ella y a sus sobrinos que esperaban la repartija del botín. Tengo entendido que lo transformé en una anécdota con la que amenizan las reuniones familiares hasta el día de hoy mientras su mamá sacude la cabeza y acota:
-Ayyyy este Negrito! Siempre el mismo boludo. (Cuac)


III – El epílogo.
La demanda de alimentos la inicié a expreso pedido de mi hija. Ella sintió que era algo que se debía hacer.
El Nabo pagó unas cuotas, dejó caer el convenio, yo lo embargué y terminó gatillando como el mejor. El dinero se dispersó entre honorarios, intereses y punitorios diversos, pero no en mi casa.

La perlita de todo esto fue que, sintiendo el rigor de un embargo, luego de dos años de silencio tocó por última vez el timbre de la casa donde una vez supo vivir y me dijo:

- Te das cuenta? Me embargaste y ahora no puedo emitir cheques. Todos los que di vuelven de culo, no puedo hacer negocios, tuve que pedir plata prestada para levantar los muertos. Me hicieron un juicio por los cheques sin fondo! Vos no podes permitir que esto me pase. Levantame el embargo por favor, no seas malaaa, dale…. Hacelo por la nena.

Lo miré. Pensé que era una joda. Pero no, era en serio. En serio de veras.
Sin levantar la voz, como en un diálogo común y silvestre le dije:

-Ismael, eso es lo que nos hace tan diferentes. Cuando yo necesité no toqué ningún timbre para mendigar ni plata ni piedad, y vos ni siquiera te enteraste. Hacete hombre, ya es hora.

Levante el embargo previo papeleo, enterré los muertos, conté las bajas y una noche, sola sentada en el sillón frente al hogar recordé:




Y después pensé…

- Al fin y al cabo, todo termina en la anécdota...


NOTA: les pedimos disculpas por la demora. No fue intencional. Nos tomó mucho tiempo de elaboración, y por qué no decirle, de revisión de vida. Gracias.

jueves, abril 06, 2006



Anécdotas Bizarras III
de una señora que estuvo casada con un reverendo Nabo




I – El entorno.
13 de Junio del 2002.
Juzgado de familia numero 2 de Morón sito en la calle Brown al 500.
De un lado del escritorio en forma de L la jueza, del otro el Nabo y Una Pepina.
Detrás de cada uno los abogados patrocinantes: por mi parte María José y por la otra Oscar (amigo de toda una vida de nuestra familia, la mía incluida).

En su momento objeté a Oscar como letrado del Nabo por una cuestión de ética y porque los alimentos que se dirimían en ese momento eran los de la nena que tanto decía amar años ha.

Un detalle que había olvidado: Oscar y Señora fueron los testigos de nuestro civil.
Otro detalle que había olvidado: Oscar y el Nabo hacían negocios juntos.

Pero la jueza dijo que la decisión del letrado patrocinante de la otra parte no era objetable.

II – La anécdota.
El Nabo se presentó vestido como un rotoso (claro, hacía dos años yo le había quemado toda la ropa y estaba decidido a dar lastima).

Oscar su abogado y ahora mi ex amigo, me ve y dice:
-Pepina! Qué pena que nos tengamos que ver en estas circunstancias.
Yo contesto:
-Sí, que pena que nos tengamos que ver. (Cuac)
Oscar no dijo ni mu ni pio. La jeta siempre le dio para todo.

Ya en el despacho de la Jueza se cumple con el procedimiento.
El Nabo bla bla bla…que es una autoritaria….mírela a la gran Señora… yo estoy arruinado…
Una Pepina bla bla bla… que le recuerden al Señor que acá se están dirimiendo los alimentos de una menor y no sus miserias personales.

Viene la absolución de posiciones donde el Nabo bajo juramento le niega a la jueza en la cara lo innegable y encima lo firma.
Quien alguna vez tuvo que declarar bajo juramento frente a un Juez “por sí o por no” bajo pena de que se le aplique el rigor de la ley sabe lo que es cortar clavos con el agujero del culo.

Terminado el trámite el Nabo le pide a la jueza que yo le devuelva su ropa, a lo cual la magistrada, mirándome por encima de sus lentes me dice:
-Señora, está Usted de acuerdo con la petición del Señor? Le recuerdo que se puede negar… (Si ya sabés que las hice bosta vieja …)
-(Pepina) Que el Señor diga cuando las quiere pasar a buscar.
-(La Jueza al Nabo) Cuando las quiere pasar a buscar?
-(Nabo) Mañana por la mañana. (Gulp!)
-(La Jueza a la Pepina) A las 9 de la mañana le parece bien Señora? (Gulp! Gulp! Gulp!)
-(Pepina a la Jueza) Está perfecto.

Firmamos los papeles correspondientes y nos retiramos como debíamos: a cara de perro y sin ladrar.

III – Las enseñanzas.
No cantes victoria antes de tiempo.
Si te gustó hacerlo asumí la responsabilidad de lo que hiciste.
Si vas a mentir para salvar tu vida, que sea con la frente en alto, la voz firme y mirando a los ojos porque ésa es “Tu Verdad”.
Cuando estás entre la espada y la pared, pensá que siempre hay una salida lateral.

IV – El epílogo.
A las 9:00 a.m. del 14 de junio suena el timbre de mi casa.
El Nabo y un empleado esperaban que yo abriera.
El baúl del auto estaba abierto…

lunes, abril 03, 2006




Anécdotas Bizarras II
de una señora que estuvo casada con un reverendo Nabo

I – El entorno.
El martes 13 de febrero del 2000 a las 2:30 a.m. di por finalizados 16 años de matrimonio. El Nabo, luego de un civilizado intercambio de palabras decidió castigarme retirando su presencia del hogar conyugal. Lo que él no sabía era que yo deliberadamente había elevado el tono de la discusión para que se me considerase merecedora de tamaña sanción: su ausencia.
El pensaba darme un castigo breve pero ejemplificador, por lo cual no levantó todos sus petates, no hizo la valija y se rajó. Simplemente tomó las llaves, el encendedor, el celular y se fue a casa de su mamá.
Al día siguiente los dos cumplimos con el rito: yo cambié la cerradura y el volvió a cepillar la cuenta bancaria. Con los papeles no había problema: yo solamente tenía bienes propios porque los gananciales ya estaban a nombre de testaferros de él.

II – La anécdota.
Necesitaba retirar toda PRESENCIA NABAL de MI casa (vivíamos en MI casa, regalo de MI padre).
La presencia nabal consistía en toneladas de ropa, perfumes, pelotudeces que mi suegra se había descartado en forma de regalos, papelería diversa y una amplia colección de bebestibles de ALTA graduación.
Cuando digo toneladas de ropa quiero significar toneladas de ropa.
Vieja, nueva y tambien sin estrenar. Obvio, todo de marca, si fui yo la que le enseñé lo que es Dior, Lacoste, Ralph Lauren, Polo, etc. Seda, lino, cheviot y todo tipo de materiales nobles.

El fuego como símbolo tiene muchos significados pero yo decidí tomar uno solo: la purificación.
En la terraza tengo una parrilla tipo “dos plazas” y fue allí donde comenzó el rito sagrado. Cada noche después de cenar, la sacerdotisa y su monaguilla seleccionaban cuidadosamente el material a purificar que adecuadamente combinado con los bebestibles ardían como la puta que lo parió.
Un solo inconveniente, menor y solucionable: para dar por concluido el ritual se necesitaron 10 litros de alcohol fino extra.


Qué noches!
…el calor de las brasas, la luz de las estrellas, las lenguas rojas y ardientes lamiendo vorazmente…


III – Las enseñanzas.
Nunca te vayas de tu casa sin tu pilcha.
No subestimes un/a boludo/a.
Tantas veces va el cántaro a la fuente que al final se rompe.
Tantas veces va el cántaro a la fuente que si no se rompe es un pelotudo/a.
En una separación TODOS pierden, NADIE gana y los gastos aumentan.

IV – El epílogo.
Obviamente hubo un epílogo….
Pero ése es tema de otra Anécdota Bizarra jeje!!!