ELLA, SU CHONGO Y EL EX
La situación: Ella se separó hace tres años y no esta divorciada. Tiene dos hijos varones de 22 y 24 años que todavía no encuentran su camino en la vida. Vive en la casa que es asiento del hogar conyugal. Se mantiene como puede dando clases de apoyo escolar. El ex marido aporta algo para los chicos, los gastos de la casa y la obra social.
Se casaron muy jóvenes, inexpertos, sin haber vivido y sobre esas bases construyeron una hermosa familia, fueron y aun son excelentes compañeros de vida pero la pareja jamás existió. Ya de grandes ambos se ratoneaban por separado con algún tirito fuera del santuario hogareño.
Ella decidió la separación y él se fue de la casa. Ella va por el segundo chongo y a él lo dejó la única pareja que tuvo después de la separación.
Ahora esta surgiendo una cuestión. Ella tiene casi 50, no hay sueldo, no va a haber jubilación. Es una realidad que en algún momento la casa se va a vender y su futuro es incierto. No quiero decir para pensarlo con seriedad, pero la cosa no pinta.
El marido: Ya se dio cuenta de lo fuerte que es la familia y de la contención que te puede dar. En estos años de separación progresó económicamente, tiene un excelente puesto en una empresa, compró otra casa. Aprendió a hacer cosas que jamás hizo estando casado, por ejemplo ir al teatro, a un recital y admitir que la mejor parte de su vida la pasó con ella. El domingo pasado le ofreció volver a rearmar la cosa. No es el mejor, pero es un buen tipo y mejor compañero. Con el jamás vas a vivir una aventura loca, pero te vas a ir de viaje donde quieras, te ofrece la seguridad de una sólida posición económica (y pensión en caso de fallecimiento). Es el hombre que salvando la parte del sexo, que no es su fuerte, está hecho para estar casado. Es más bueno que el Quaker e igual de insulso.
El chongo: tiene más calle que la guía Filcar. Tipo grande, cincuentón, ganador, seguro. Va por el tercer matrimonio. Se lo dijo clarito el día que la conoció: yo estoy en pareja y no la voy a dejar porque es una conveniencia mía. Lo único que vas a tener de mí es el número de mi celular y un día a la semana. Los domingos jamás me llames porque los tengo ocupados.
La verdad es que a pesar de todo lo dicho a su forma él la cuida, la mima. La quiere me atrevería a decir. Le levantó la autoestima. La transformó en una hembra y cuando la puerta del telo se cierra la lleva a la cima del Everest lo menos cinco veces. Descontrol, sudor y fantasía hechos realidad. Le cambió la cara: se la ve radiante. Le cambió el culo: le curó las hemorroides. No me pregunten cómo. Usen la imaginación. Querer es poder.
Jamás va a constituir pareja con ella en la forma tradicional aunque desde hace dos años tienen una rutina establecida. La de ellos.
La pregunta: Ella el domingo a la noche eligió con quien quedarse. Yo mentalmente elegí si estuviera en su lugar.
¿Qué elegirían Ustedes si fueran ella sabiendo de antemano que las elecciones se autoexcluyen?
Aclaro que en cuestiones humanas como ésta la opinión de hombres y mujeres es igual de valedera y enriquecedora.
Dedicado a Araña, una rosarina de ésas.