ASALTO EN LA CLÍNICA

Entre mis 15 y 16 años estuve delicada de salud. En aquel entonces no te decían nada ni los médicos ni tus padres. Sabía que era algo relacionado con el apéndice y tenían que hacerme aguantar hasta que terminaran las clases para operarme. Por el tema de las faltas en el colegio.

Era una cuestión que estaba como en el aire y mi madre era elusiva al respecto. Yo tampoco preguntaba.

Paso el año. Hice dieta. Iba a controles médicos. Todo el mundo hizo mutis.

En Diciembre me cambiaron la fecha del cumpleaños y me lo festejaron un jueves por adelantado. Las fiestas que armaba mi mamá eran anecdóticas. Nadie faltaba y es el día de hoy que a Pepinita mas de una vez le han dicho: -Vos sos la hija de Pepina! Decile que yo soy la hermana menor de Fulana y todavía nos acordamos de la casa de tu abuela!

Bien. El jueves a la noche festichola con lleno total. Los patios, la terraza y el living estaban atestados de gente. Conocidos casi todos y otros no. Como en todos lados se pedía refuerzos y los colados no eran tan colados porque si había 30 pibas por lo menos tenía que haber 40 pibes y los hermanos mayores de mis amigas colaboraban trayendo refuerzos.

Termino la fiesta y cuando me levanto el viernes sobre el mediodía mamá me dice que me cambie que nos tenemos que ir. Si, adivinaron. Me pusieron como un paco postal en el auto y me llevaron a la Clínica donde a las siete de tarde tenía hora en el quirófano.

Siempre fui miedosa pero mi orgullo es mayor: puse el brazo, me afeitaron la chuchi y me llevaron.


La anécdota

Me desperté en una suite atestada de rosas y tulipanes y mi mano sostenida por mi amorcito de turno. Mamá supervisó el post operatorio (esa cosa de los vómitos de la anestesia). Luego me maquilló, me peinó y me puso un camisón precioso tipo solerito y abrió la puerta…

Faaaa!!!!!!!

La vieja había organizado un cumple en dos etapas: la primera en mi casa. Y la segunda en la clínica. Todo el mundo estaba al tanto de la operación y todos callaron. Tipo fiesta sorpresa, salvo que Pepina en vez de entrar por la puerta estaba acostada en una cama. La Clínica estaba al tanto porque el director era mi médico.

Y la fiesta siguió…