Las Ranitas

Y resulta ser que luego de un gran diluvio muchas ranitas quedaron atrapadas en un pozo de agua, por lo que comenzaron a saltar tratando de salir del lugar. Más saltaban, más se cansaban, y es así como fueron cayendo exhaustas hasta morir una por una.
Viendo esto, las ranitas que habían quedado fuera del pozo las alentaban a dejarse morir pues no había salvación posible.
A medida que las ranitas atrapadas morían ahogadas se destacaba una por lo persistente de sus saltos y su determinación. No importa cuánto la desalentaban las de afuera, la rana atrapada seguía saltando hasta que…..ups, la rana saltarina logró salir del pozo.
Maravilladas, las ranas observadoras se le acercaron y le preguntaron curiosas porqué había seguido saltando hasta el cansancio si su destino era morir.
La rana no les pudo contestar. Era sorda.

Pepinita: Mamá, si hubiésemos sabido todo lo que iba a venir, ¿igual lo hubiéramos hecho?

Pepina: Será que nuestra ignorancia, o quizás nuestra sordera fue lo que nos permitió hacer una libre elección.