Diario de Una Pepina

                                                Historias de una señora que estuvo casada con un reverendo nabo.

viernes, junio 08, 2007



HE GAVE ME A DIRTY NIGHT


Hace unas semanas di por terminada una relación de cinco años. Era algo tipo cama y problemas afuera, no compartimos heladeras ni lavarropas.
Los sábados iba a su departamento y volvía el domingo a la tardecita. Pero por más que uno trate de no caer en la palangana de la convivencia y los caminos conocidos, de alguna extraña forma nos estrellamos con la rutina.

Lo anterior es un contexto en el cual poder presentar la anécdota: en mi vida tengo anécdotas que considero bizarras. Entre ellas la que sigue.

Tres meses atrás me invitó a una cena romántica. Con lo cual Una Pepina ese sábado por la tarde hizo un rally de peluquería, manicura, compró lingerie y se vistió tipo casual no tan casual. La camisa de raso color marfil, el perfume, la luz de las velas y algún líquido burbujeante de noble cosecha iban a completar el resto.

Llegamos al lugar, nos llevaron a nuestra mesa y con una copa de jerez en la mano me dediqué a leer tranquila la carta. Obvio ya sabía lo que no iba a pedir porque con el estómago lleno no da para continuar los festejos. Una dama es siempre una dama y donde esté huele a perfume y mujer. Jamás a faso, birra o provenzal. Tampoco se le distiende el estómago. Y si va al toilette, es para retocar el rouge. Esa es mi política en estos terrenos.

Pero el hombre, operado de divertículos y conocedor de las consecuencias de ello, eligio comerse la vida, la rubia y toda la carta en una sola noche. Se atiborró de aderezos varios y pan con fibra. Mezcló mayonesa, lomo a la pimienta y conejo a la cazadora. Los regó con blanco. De noble origen pero mal destino: fue al baño cuatro veces. Se cagó, se garcó, tuvo que volver y negó rotundamente que se le habían aflojado las tripas cuando ya todos los contertulios del lugar se habían apiolado que el tipo había recreado el Día D en el cubículo.

Pálido y sudoroso hacia los postres y pese a la tan negada diarrea me preguntó donde quería tomar el café. Como era una noche preciosa elegí Persicco de Juramento: eran las dos de la madrugada, daba para sentarse afuera, histeriquear un rato y dejar que la cosa siguiera su curso. Hasta aquí Una Pepina tenía en claro que lo único que iba a seguir era la cagadera. La pauta me la dio cuando en vez de un café pidió para él un tecito con limón mientras yo le pasaba la lengua a un cucurucho de sambayón y mouse de limón.

Llegamos a su casa. Si todo indicaba que en el ascensor viviríamos el preludio de una noche hot… así fue. Llegar a un décimo piso cuando ya tenés el elastiquito baqueteado y glup glup en las tripas puede transformarse en un infierno de mierda. Literalmente, claro.

¿Cómo terminó todo? El baño tuvo un ocupa a intervalos regulares, la rubia se sacó la ropa, se metió en la cama y durmió como un bebé toda la noche.
Antes de apagar la luz le grité desde el lecho que si quería un tecito o una Buscapina me los pidiera: siempre fui buena samaritana y respeté las decisiones ajenas: él, entre los “co”, eligió comer.

24 Comments:

  • At 3:20 p. m., Blogger Unknown said…

    Yo por eso mismo a una cita voy comido :P

     
  • At 4:19 p. m., Blogger Unknown said…

    Nooo!!!
    Pero que poco romantico habia resultado el Sr... acaso penso que era la última cena de su vida y debia arrasar con todo?

    Besos para las Pepis!

     
  • At 4:21 p. m., Blogger Blonda said…

    Nooo!!!
    Pero que poco romantico habia resultado el Sr... acaso penso que era la última cena de su vida y debia arrasar con todo?

    Besos para las Pepis!

     
  • At 7:03 p. m., Blogger Cruella De Vil said…

    Qué pedazo de Mamerto!
    Hubiera bastado con una rica ensalada de Pepina.
    Eso sí, rociada con alguna bebida espirituosa acorde para la ocasión.
    Coincido con Agus, a las citas, con el estómago vacío y directo a los bifes!
    Wiiiii!
    =P

     
  • At 10:33 a. m., Blogger Garrobito Alado said…

    jejjejeje... humm.. pasa.. relacion larga..
    Pueden pasar estos accidentes... Para mi en la forma en que una mujer hace su pedido en un restaurant esta bastante claro cuales son sus espectativas para el resto de la noche.. Y yo a esta altura ya me convenci que si se quiere cama luego hay que estar livianito como boleadora e' marlo...

     
  • At 12:28 p. m., Blogger Una Pepina said…

    Agustin
    ... vas comido y dormido no? :P

     
  • At 12:50 p. m., Blogger Una Pepina said…

    Blonda
    La gula es una de los 7 pecados capitales, y yo te puedo asegurar que este hombre purgó el pecado ja ja ja!.

     
  • At 12:54 p. m., Blogger Una Pepina said…

    Cruella
    En este caso el orden de los co sí altera el resultado.
    Nada mejor que una buena cena después.

     
  • At 1:03 p. m., Blogger Una Pepina said…

    iguana
    ... y si pasamos del mantel a las sábanas, que no sea con el recuerdo de la provenzal no? ja ja ja!!

     
  • At 1:47 p. m., Blogger LocaComoTuMadre said…

    jaaaaaaaaaaaaa mortal, me encantó el relato!!! Un tontuelo el tipo!

    Che, te dejé un juego en mi blog, te toca esta vez... besos!

    Maru.-

     
  • At 2:16 p. m., Blogger Una Pepina said…

    maru
    Bueno, si me toca, me toca. Voy a ver.

     
  • At 9:30 p. m., Blogger Garrobito Alado said…

    Of course!! Como tu dices.. siempre ser una lady.. pero tambien un gentleman.. hasta que se apaguen las luces... jajajjajajjaa

     
  • At 9:31 p. m., Blogger Garrobito Alado said…

    ..Dios le da pan al que no tiene dientes carajo.. (comentario de domingo a la tarde despues de ver una tanda de tres peliculas romanticas... deberian estan prohibidas...)

     
  • At 10:53 p. m., Blogger Naty said…

    Naaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!, me mori con tu relato, espectacular!
    Eso si, el tipo se la perdió por comilón!!, como puede preferir ese co y no el otro co??...ta loco?

    Besos Pepi!

     
  • At 1:13 a. m., Blogger Salitou said…

    Pero pero... que oportuno el caballero! Acaso era la última cena? My God...

     
  • At 12:19 p. m., Anonymous Anónimo said…

    che una divinura este tipo! y vos viendo ese estado, no se te dio por decirle al mozo que ahora empezabas vos a comer?

     
  • At 4:47 p. m., Blogger Habichuela Mágica said…

    Buuu, q ganas de arruinar el momentoo, los hombres no entienden que CAGAR NO ES ALGO TAN NATURAL como ellos piensan, y por más que haya mucha confianza, cagarse de esa manera nunca pero nunca cae bien.
    Me gusto mucho tu blogg,

    Besoo

     
  • At 8:52 p. m., Blogger Una Pepina said…

    iguana
    Cuando se apagan las luces iguana, debe brillar la habilidad de ambos en cumplir las expectativas del otro, y las suyas propias.

    No te quejes iguana: el que eligió verlas sos vos ja ja ja!

     
  • At 8:54 p. m., Blogger Una Pepina said…

    cambalache
    Ya lo dice el dicho, no se puede tener agarrada una noche por las dos co al mismo tiempo ja ja ja!!

     
  • At 8:56 p. m., Blogger Una Pepina said…

    Sali
    Por lo menos conmigo fue la última.
    A éste sí que lo mandé a cagar ja ja ja!!

     
  • At 8:59 p. m., Blogger Una Pepina said…

    *cone*
    Mirá 5neja: yo estaba sentadita con cara de circunstancia esperando el puto momento de rajarme del lugar. Que garrón!
    La próxima me busco uno seco de vientre.

     
  • At 9:05 p. m., Blogger Una Pepina said…

    habichuela mágica
    Bienvenida a la casita Pepina.
    El tema pasa, como vos implícitamente lo dejás sentado, por el respeto. Uno puede conocerse años, pero hay barreras que a mi modo de ver jamás deben franquearse. Un accidente cualquiera lo tiene, pero comerte todo sabiendo que va a darte cagadera, es una falta de respeto y una falla de criterio.

     
  • At 3:44 a. m., Anonymous Anónimo said…

    Sí, señora, es una total falta de respeto, criterio, romanticismo y autoconocimiento. Se explica, aunque no se excusa, semejante conducta en un tenedor libre acompañado de otros de su calaña, pero en restaurant elegante y con una dama... ¿cuánto tardó usted en abandonarlo a su maloliente suerte?

     
  • At 2:27 p. m., Blogger Una Pepina said…

    eli
    Hacer un desplante en medio de un restaurant no condice con mi manera de ser: creo que existen lugares más idóneos donde dos personas puede discutir sus actitudes.

    Fuera de su palidez, delante mío no hubo pruebas sonoras o malolientes de las circunstancias.

     

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